Muchos niños son sometidos a procedimientos de cirugía de forma regular y la gran mayoría requieren el uso de anestesia durante el procedimiento.
Por ello es importante detectar la posibilidad de algún problema cardiaco congénito o adquirido no detectado que pudiera causar problemas durante la cirugía.
Detectar alteraciones de la conducción o trastornos del ritmo cardiaco no detectados previamente
Por esta razón es común realizar una evaluación preoperatoria de aquellos pacientes que serán sometidos a cirugía.
En la mayor parte de los pacientes una revisión cuidadosa y la realización de un electrocardiograma (ECG) suelen ser suficientes para descartar una gran variedad de problemas que pudieran ser pasados por alto.
En algunos casos puede ser necesario la realización de ecocardiograma para tener un análisis estructural completo y poder descartar alteraciones que no resulten claras durante el ECG o la exploración de rutina del corazón.